lunes, 28 de junio de 2010

Problemas urbanos y sociales


La aglomeración de miles, e incluso millones, de personas en un espacio reducido hace que las ciudades tengan muchos problemas.

  • Numerosos espacios marginados. El precio del suelo es el factor que determina la distribución de la población en los espacios urbanos. Los grupos con menor nivel económico habitan en las zonas más baratas, que son también las peor comunicadas y las que tienen servicios más escasos y de mala calidad. La situación es extrema en los países subdesarrollados: entre el 30 y el 60 % de la población habita en chabolas y, en ciudades como Bombay (India), al menos medio millón de personas viven en la calle, sin hogar.
  • Problemas de transporte. Las ciudades tienen una red compleja para asegurar los densos flujos de personas y mercancías que se repiten diariamente. A pesar de esto, los atascos se suceden en las denominadas horas punta, que coinciden con la entrada y salida de los trabajos y con el horario de los comercios.
  • Contaminación. El tráfico denso y las calefacciones de carbón contaminan la atmósfera en las ciudades. Esto causa el smog, una especie de neblina, que, a su vez, es el origen del aumento de las temperaturas en las zonas urbanas, que provoca una isla de calor o microclima urbano. La congestión del tráfico produce también una intensa contaminación acústica.
  • El abastecimiento y los residuos. Las ciudades necesitan grandes cantidades de agua, alimentos y energía para abastecer a sus habitantes y asegurar las actividades económicas, lo que hace necesario construir grandes infraestructuras. Por ejemplo, Los Ángeles (Estados Unidos) tiene dos acueductos de más de 1.000 km de longitud para aprovisionar de agua la ciudad. También es necesario evacuar la basura y las aguas residuales: así, se calcula que los habitantes de Tokio generan unos cinco millones de toneladas de desechos cada año.
  • Conflictos sociales. La explosión urbana lleva aparejada la aparición e incremento de lo que se denominan «lacras sociales»: tribus urbanas, delincuencia, paro, violencia, drogas, etc. Estos problemas existen fuera de las ciudades, pero la gran aglomeración de población facilita su manifestación.

Los ayuntamientos también elaboran leyes con el fin de paliar los problemas urbanos: por ejemplo, para disminuir la contaminación se imponen unos límites temporales al uso de calefacciones de carbón, y para mejorar la circulación se incrementa el transporte público, se habilitan carriles-bici, se cierra el centro histórico al tráfico motorizado al hacerse peatonal, etc.

Pero los presupuestos municipales suelen ser insuficientes y los ayuntamientos pueden tener graves dificultades financieras que ralentizan los cambios y mejoras.

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